Por su riqueza vitamínica y mineral, la lechuga ayuda al crecimiento de los niños. Gracias a algunos de sus oligoelementos (hierro, zinc, cobre) combate eficazmente la anemia empobrecimiento mineral de la sangre. La lechuga estimula el apetito y es un remedio natural para el aparato digestivo. Así, calma los ardores del estómago, tonificante y revitalizante este órgano. El jugo de la lechuga tiene efectos sedantes del sistema nervioso. Por este motivo, es un hipnótico natural y proporciona la calma y sueño tranquilo a los nerviosos ya los que sufren ansiedad e insomnio.